Nebulizador de sal
la brisa salada
de los mares
vientos indomables
ajetreada
ensimismada
cuestiono el amor al cuerpo
en esta juventud adulta
pongo a prueba mis huesos
y la electricidad de los cables
bajo la piel
provocan un corto circuito
las sienes presas de mis manos
una y otra vez
y los ojos carentes de agua
olvidan llorar
pero la brisa salada
nebuliza el sueño
agonizante
acompañada
de una luna acuarela
sobre las aguas calmadas
Océano Atlántico y el Cielo
el cielo
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y el mar
los divide el horizonte
profundos
azules
e inciertos
Navego entre ellos
cual merecedor
de dos divinidades
me abrazan
y me dan calma
aunque el terror
se encuentre apaciguado
esperando el despertar
de dos dioses
Veneno
yo, su veneno
estoy en duelo
algún día
seré remedio
de su angustia
cuando
nos encontremos
este navío
nos lleva
de costa
en costa
y nos arrastra
en soledades
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